El caso del alcalde de Otura es mucho más que una patata caliente en las manos del Partido Popular de Granada.
El actual alcalde, Pedro Cabanillas, condenado por prevaricación, se aferra al cargo a cualquier precio, incluso de que su partido pierda la alcaldía.
Para el secretario provincial del PP, Santiago Pérez, la dimisión de sus cargos de los concejales del PP en el ayuntamiento de Otura es la única decisión posible ante el bloqueo de la situación.
Dejando a un lado, y para otra ocasión, el tema de que es un caso más de la corrupción que salpica a los distintos partidos tradicionales como el PP, PSOE o IU, entre otros, D. Santiago Pérez haría bien en analizar cómo y porqué se ha llegado a esta situación.
La responsabilidad, en este caso, del Partido Popular es máxima, pues dada su falta de debate interno y el control del poder del partido para frenar el ascenso de nuevos aires, es lo que lleva a esta situación.
La causa está, en cómo se asciende, desde las nuevas generaciones (NN.GG.) hasta los cargos de responsabilidad del partido. La designación en la práctica es directa, y todos saben que, si quieren subir, se tienen que plegar a los interese de los que controlan el partido, ser muy sumisos y carentes de iniciativa.
Para ascender, por tanto, hay que “tragar mucho” y eso no se hace por defender PRINCIPIOS Y VALORES, sino para tener un puesto del que vivir: razón por la cual, una vez que lo tienen se aferran a él y no lo sueltan pase lo que pase.
Asimismo, esas personas, que han antepuesto su interés personal a la meta de alcanzar el BIEN COMÚN, son mucho más propensas a caer en la corrupción.
Desde Alternativa Española (AES), a diferencia de los partidos tradicionales, apostamos por la transparencia y por las vías democráticas en la promoción interna de nuestra formación; así como por la lucha contra todo tipo de corrupción.
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